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Chanoine Frères Brut Milesimado 1926, una botella única

Reims, 29 de enero de 2020


Durante una reciente subasta, la Casa Chanoine Frères ha tenido la suerte de adquirir una auténtica rareza: una botella de champagne Chanoine Frères Brut Millésime 1926.

1926 fue, en efecto, para el champagne, un año milesimado. Hay que saber que en Champagne sólo los mejores años son milesimados, cuando la calidad de las vendimias permite mezclar sólo crus del mismo año. Y como el champagne no es un vino de guarda, no es frecuente encontrar botellas tan antiguas.


Chanoine Frères 1926 vintage brut bottle
Chanoine Frères 1926 milesimado Brut

Champagne y charleston


En los anales de Champagne, 1926 consta registrado como un “milesimado de gran calidad”, aunque la vendimia fuese pobre su calidad fue buena. Para Chanoine Frères y las demás casas de champagne, 1926 es realmente un año favorable, tras el final de la Gran Guerra cuyas destrucciones habían amputado el 40% de los viñedos, mientras que durante el conflicto se habían desplomado el consumo y las exportaciones de champagne.


En 1926, se replantan los viñedos y la lucha contra el devastador pulgón de la filoxera obtiene resultados. Los equipos, prensas, cavas y bodegas son reparadas. Las ciudades de la Champagne, Reims y Épernay fueron reconstruidas. Las Casas de Champagne se activan para relanzar sus negocios y, en favor de la prosperidad económica recuperada, las ventas de champagne se duplican entre 1922 y 1925.


Josephine Baker baila el Charleston y se abandona a la locura

En Francia, 1926 es el año de la recuperación económica y financiera con el nuevo franco Poincaré. Los locos años están en su apogeo. En el Folies Bergères, Joséphine Baker lanza la moda del charleston que los parisinos bailarán congregados en los locales nocturnos de Montparnasse en la orilla izquierda, en el Bœuf sur le Toit, en Maxim’s o aún en Fouquet’s, en la orilla derecha. París vuelve a ser la ciudad luz donde espumea el champagne.


The Eiffel Tower — painting by Robert Delaunay, 1926
Torre Eiffel — Robert Delaunay, 1926

La etiqueta y el collarete a la lupa


La botella de Chanoine Frères Brut 1926 revela bajo el polvo una etiqueta sobria y elegante con su tipología inglesa muy a la moda en la época. Otro guiño a la anglofilia, la mención “Established 1730” recuerda el origen histórico de la casa y se dirige por igual a británicos y americanos, fieles clientes de la Casa.


Al pie del capuchón dorado gofrado, se adivina sobre el collarete el dibujo de una cometa con una estrella y su estela. A este respecto, Isabelle Tellier, Bodeguera, aclara “es divertido saber que este signo ha decorado muy a menudo las botellas de varias grandes casas de champagne desde la aparición en 1811, durante varios meses, de un gran cometa. Bautizada Cometa Imperial por Napoleón I, coincidió con vendimias de una calidad notable. En Champagne éstas debutaron el 15 de septiembre en vez de a comienzos de octubre como es habitual y produjeron excelentes vinos”. Así, el cometa estampado en la botella Chanoine Frères no es un simple adorno sino el símbolo mismo de un champagne de gran calidad.


Chanoine Frères 1926, champagne Brut y soplado mecánico


Cabe destacar también el fondo de la botella, denominado piqûre en Champagne, que es bastante profundo, como era costumbre en la época. Pero esta botella se fabricó por soplado mecánico y no en vidrio soplado a boca. La Casa Chanoine Frères es entonces puntera en innovación puesto que las primeras producciones mecánicas de botellas destinadas al champagne tuvieron lugar a partir de 1924.


Esta botella es tanto más interesante que se trata de un champagne Brut en una época donde la dosificación en azúcares de los champagnes era mayor que en la actualidad. En los años 20, el gusto por los champagnes dulces domina, aunque es cuando el Doctor de Pomiane, famoso gastrónomo, recomienda como verdadero conocedor: “bebed sólo champagnes Brut. No par esnobismo ni por americanismo, sino porque éstos representan vinos más naturales y de primera calidad.”


La Casa Chanoine Frères conservará con respeto este Brut milesimado 1926 y como su botella es única, permanecerá intacta y conservará su misterio y su aura de gran champagne.




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