Reims, 15 de octubre 2021
Tal y como se esperaba, el rendimiento de las vendimias de 2021 en el viñedo de Champagne es muy inferior a la limitación reglada por la denominación para este año fijada hasta 13.100 kg de uvas por hectárea. Las primeras estimaciones son, en efecto, del orden de 6.500 kg a 7.000 kg por hectárea de media.
“— Estamos a la mitad de rendimiento del año pasado, era previsible dado el gran impacto de la helada y las enfermedades” apunta Isabelle Tellier, bodeguera de la Casa Chanoine Frères.
Durante las vendimias, los viticultores han efectuado una selección cuidadosa y muy atenta de las uvas en el mismo momento de la cosecha para sólo conservar las mejores. Ello resultaba especialmente esencial este año por la heterogeneidad de las bayas debida a las vicisitudes climáticas y sanitarias: heladas de abril, granizo, mildiu y botrytis, los dos hongos que han afectado a la viña sucesivamente a partir de final de junio.
La recepción de los mostos finalizó el 25 de septiembre
La recepción de los mostos ha comenzado en las bodegas de la Casa en Reims el 14 de septiembre con los Pinots noirs procedentes de Riceys, la parte más al sur de la denominación y ha finalizado el 25 de septiembre con los Chardonnay Premier Cru provenientes de Sermiers, pueblo situado en la pequeña Montagne de Reims. Queda sobreentendido que la Casa recibe los mostos de todo el viñedo de Champagne: Montagne de Reims, Côte des Blancs, El valle del Marne, Côte des Bar.
Vinificación, fermentación, primeras impresiones de Isabelle Tellier
“— Constato que los mostos son ácidos este año. Esto es debido a las frescas temperaturas que han conocido los viñedos en Champagne durante su desarrollo vegetativo.
La primera fermentación alcohólica se ha desarrollado bien; el ambiente olfativo en cuba ha sido placentero. Las catas de los vinos en cuba han mostrado un lado bastante afrutado.
Los vinos procedentes de las tres variedades champeñesas, Chardonnay, Pinot Noir y Meunier, muestran una acidez bien presente. Contienen mucho ácido málico que la segunda fermentación que practico— llamada maloláctica — permitirá eliminar en parte. Como estas fermentaciones malolácticas acaban de empezar en nuestras cubas, todavía es demasiado temprano para juzgar la evolución de la acidez de los vinos.
Y como la recepción de los mostos ha empezado tres semanas más tarde que el año pasado, también es demasiado temprano para una evaluación cualitativa definitiva de la vendimia, sabiendo que las cantidades son ya la mitad que en 2020.
Por suerte, la reserva cualitativa existente en nuestras bodegas, tradición específicamente ‘champenoise’, es realmente de buena calidad. Esta reserva de vinos es resultado de las vendimias de los tres últimos años, que han producido hermosas cosechas. Esto nos permitirá en cualquier caso elaborar este año aún hermosos ensamblajes para las cuvées Tsarine y Chanoine.”